En la Playa
En 1915, Mar del Plata era el destino de veraneo más exclusivo de Argentina, frecuentado por la aristocracia porteña y las familias adineradas del país. La ciudad ya había consolidado su fama como el balneario de moda, con una creciente infraestructura turística que incluía hoteles lujosos, mansiones frente al mar y una vibrante vida social.
La actividad en la playa estaba marcada por estrictos códigos de etiqueta. Hombres y mujeres usaban trajes de baño que cubrían la mayor parte del cuerpo; los varones llevaban camisetas y pantalones cortos hasta la rodilla, mientras que las mujeres utilizaban vestidos de baño con faldas largas y medias. Las sombrillas, carpas y sillas de mimbre eran elementos comunes en la costa.
El **Bristol Hotel** y su famosa **Playa Bristol** eran el epicentro de la vida social. Allí, las familias más influyentes se exhibían, organizaban reuniones y caminaban por la orilla. El mar se disfrutaba de manera moderada: los baños eran breves y muchos se sumergían con ayuda de asistentes o sogas para no alejarse demasiado.
Mar del Plata no solo era un lugar de descanso, sino también un centro de entretenimiento. Durante el día, se disfrutaban paseos en carruajes, partidos de polo y eventos en el Club Mar del Plata. Por la noche, la aristocracia se reunía en el teatro, en el club de esgrima o en grandes fiestas privadas.
Los primeros inmigrantes y trabajadores también empezaban a establecerse en la ciudad, dando origen a una vida más diversa que, con el tiempo, transformaría el balneario en un destino más accesible.
En resumen, Mar del Plata en 1913 era un enclave de lujo y sofisticación, donde la playa era un escenario de exhibición social y esparcimiento controlado, con un estilo de vida marcado por las costumbres de la alta sociedad de la Belle Époque argentina.
La actividad en la playa estaba marcada por estrictos códigos de etiqueta. Hombres y mujeres usaban trajes de baño que cubrían la mayor parte del cuerpo; los varones llevaban camisetas y pantalones cortos hasta la rodilla, mientras que las mujeres utilizaban vestidos de baño con faldas largas y medias. Las sombrillas, carpas y sillas de mimbre eran elementos comunes en la costa.
El **Bristol Hotel** y su famosa **Playa Bristol** eran el epicentro de la vida social. Allí, las familias más influyentes se exhibían, organizaban reuniones y caminaban por la orilla. El mar se disfrutaba de manera moderada: los baños eran breves y muchos se sumergían con ayuda de asistentes o sogas para no alejarse demasiado.
Mar del Plata no solo era un lugar de descanso, sino también un centro de entretenimiento. Durante el día, se disfrutaban paseos en carruajes, partidos de polo y eventos en el Club Mar del Plata. Por la noche, la aristocracia se reunía en el teatro, en el club de esgrima o en grandes fiestas privadas.
Los primeros inmigrantes y trabajadores también empezaban a establecerse en la ciudad, dando origen a una vida más diversa que, con el tiempo, transformaría el balneario en un destino más accesible.
En resumen, Mar del Plata en 1913 era un enclave de lujo y sofisticación, donde la playa era un escenario de exhibición social y esparcimiento controlado, con un estilo de vida marcado por las costumbres de la alta sociedad de la Belle Époque argentina.
Playa
Costa
Actividades de ocio
Naturaleza
Al aire libre
Gente
Persona
Mar
Orilla
Deporte
Nadar
Agua
Deportes acuáticos
Frente al mar
Envíado por OldPik el 7 de enero de 2024
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