Atentado cafetería Rolando
Calle del Correo, 13 de Septiembre de 1974: el atentado que hirió a Madrid y dividió a ETA
El 13 de septiembre de 1974, la tranquila rutina del centro de Madrid se rompió en mil pedazos. A las puertas de la cafetería Rolando, en la calle del Correo, una potente bomba estalló en plena hora punta. El objetivo era golpear a la Policía franquista, pero la tragedia alcanzó de lleno a la población civil: veintiséis personas murieron y más de setenta resultaron heridas. Fue el atentado más sangriento de la historia de ETA hasta aquel momento, y dejó una huella imborrable en la capital.
El impacto no se limitó al dolor de las víctimas y sus familias. Dentro de ETA, el atentado provocó un cisma profundo: algunos militantes defendieron la “lucha armada” sin contemplaciones, mientras otros denunciaron la masacre como un error que solo traería rechazo social. Aquella explosión, en plena dictadura, abrió también un debate nacional sobre violencia, represión y futuro político.
Hoy, al recordar aquel 13 de septiembre, no solo evocamos la devastación de una bomba, sino también las heridas invisibles que dividieron a un país y a una organización. Si conservas fotografías de la calle del Correo en aquellos años, súbelas a Oldpik: cada imagen es un testimonio vivo que ayuda a comprender la historia que nunca debe olvidarse.
El 13 de septiembre de 1974, la tranquila rutina del centro de Madrid se rompió en mil pedazos. A las puertas de la cafetería Rolando, en la calle del Correo, una potente bomba estalló en plena hora punta. El objetivo era golpear a la Policía franquista, pero la tragedia alcanzó de lleno a la población civil: veintiséis personas murieron y más de setenta resultaron heridas. Fue el atentado más sangriento de la historia de ETA hasta aquel momento, y dejó una huella imborrable en la capital.
El impacto no se limitó al dolor de las víctimas y sus familias. Dentro de ETA, el atentado provocó un cisma profundo: algunos militantes defendieron la “lucha armada” sin contemplaciones, mientras otros denunciaron la masacre como un error que solo traería rechazo social. Aquella explosión, en plena dictadura, abrió también un debate nacional sobre violencia, represión y futuro político.
Hoy, al recordar aquel 13 de septiembre, no solo evocamos la devastación de una bomba, sino también las heridas invisibles que dividieron a un país y a una organización. Si conservas fotografías de la calle del Correo en aquellos años, súbelas a Oldpik: cada imagen es un testimonio vivo que ayuda a comprender la historia que nunca debe olvidarse.
Envíado por JOSE M LOPEZ el 14 de septiembre de 2025
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