Faenas del campo
circa 1945
En algún rincón polvoriento de Alcántara, un hombre inclina el cuerpo con la fuerza tranquila de quien lleva toda la vida dialogando con la tierra. Con sombrero calado, camisa remangada y la mirada baja, lanza la paja al aire, separando con sabiduría ancestral lo útil de lo inútil, lo grano de lo hueco.
La escena es sencilla, pero poderosa. No hay tractores ni ruidos de motor, solo el viento, el sudor y el ritmo lento del trabajo bien hecho. Es la España rural de posguerra, dura y digna, donde cada cosecha era fruto de jornadas interminables al sol y de una relación íntima con la naturaleza.
Esta imagen, captada por el ojo atento de Remigio Mestre, no solo retrata un momento: captura una forma de vida que hoy parece lejana, pero que fue el corazón latente de nuestros pueblos durante siglos.
Envíado por JOSE M LOPEZ el 5 de julio de 2025
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